El Protocolo de Kioto sobre el cambio climático es un acuerdo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis gases que causan el calentamiento global: dióxido de carbono (CO2), gas metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales fluorados: Hidrofluorocarbonos (HFC), Perfluorocarbonos (PFC) y Hexafluoruro de azufre (SF6), en un porcentaje aproximado de al menos un 5%, dentro del periodo que va desde el año 2008 al 2012, en comparación a las emisiones al año 1990. Por ejemplo, si la contaminación de estos gases en el año 1990 alcanzaba el 100%, al término del año 2012 deberá ser al menos del 95%. Es preciso señalar que esto no significa que cada país deba reducir sus emisiones de gases regulados en un 5% como mínimo, sino que este es un porcentaje a nivel global y, por el contrario, cada país obligado por Kioto tiene sus propios porcentajes de emisión que debe disminuir.
Entrada en vigor
Se estableció que el compromiso sería de obligatorio cumplimiento cuando lo ratificasen los países industrializados responsables de, al menos, un 55% de las emisiones de CO2. Con la ratificación de Rusia en noviembre de 2004, después de conseguir que la UE pague la reconversión industrial, así como la modernización de sus instalaciones, en especial las petroleras, el protocolo ha entrado en vigor.
Además del cumplimiento que estos países han hecho en cuanto a la emisión de gases de efecto invernadero se promovió también la generación de un desarrollo sostenible, de tal forma que se utilice también energías no convencionales y así disminuya el calentamiento global.
Objetivos
Miembros representativos de 39 gobiernos elaboraron y firmaron, en Diciembre de 1.997, en Kioto, Japón, un Protocolo por el que se comprometían, una vez que fuese ratificado el proyecto por un número suficiente de países —cuyas emisiones conjuntas de CO2 o equivalentes superasen el 55 % de las emisiones globales—, a llegar entre el año 2008 y el 2012 a una reducción total de sus emisiones de CO2 de un 5% con respecto a los niveles emitidos en 1990. El tratado ha sido ratificado por la Unión Europea pero no por los Estados Unidos. Cuando por fin el gobierno de Rusia se decidió a ratificarlo, el tratado entró en vigor en Febrero del 2005 (por haberse alcanzado entre los firmantes el 55% de las emisiones globales).Los objetivos a cumplir en el tratado original son diferentes para cada país. Así, a los países de la Unión Europea se les permite que se repartan entre ellos las cuotas de reducción, para satisfacer un total de bajada del 8%. El reparto permite que países de este grupo, como España, aumenten sus emisiones en un 15 % (... pero al acabar el 2005 ya eran un 50 % superiores a las de 1990).
Emisiones de carbono en forma de CO2 durante los años 1980 y 2000 en algunas regiones del mundo. Se observa una disminución en la Europa más desarrollada, y un aumento muy importante en USA y, sobre todo, en Asia, que antes del 2020 superará a los demás continentes.
El problema es diferente con Estados Unidos, país al que se le pedía una reducción del 7 % . En el año 2000, cuando decidieron definitivamente no ratificarlo, sus emisiones eran ya un 18 % superiores a las de 1990. Las fuertes emisiones americanas se explican en gran parte por su baja fiscalidad en los combustibles, especialmente en la gasolina, y porque continúa basándose en el carbón propio como principal fuente energética de producción eléctrica (un 50 % ). De esta forma Estados Unidos mantiene su independencia en materia de generación eléctrica mucho mejor que Europa, que depende cada vez más de sus importaciones de gas natural, especialmente de Rusia (y de Argelia, en el caso de España).Producción de carbón en USA. Su utilización masiva en la producción de electricidad y su abundancia y facilidad de extracción en los nuevos yacimientos a cielo abierto de la región occidental explican el fuerte crecimiento registrado en las tres últimas décadas (fuente EIA)Fuera de obligaciones de reducción (aunque también firman el tratado les es suficiente el aplaudirlo) quedan China y la India, Brasil y México, países que, a pesar de la modernización de sus industrias, son los que más aumentarán sus emisiones de carbono en los próximos años, debido al fuerte desarrollo del transporte público y privado. Por poner un ejemplo, cada año en China se se construyen unas cien centrales térmicas de carbón con una capacidad total de 75.000 Mw (cifra equivalente a casi dos veces la electricidad punta consumida en España).
Emisiones de CO2 en diversas naciones y regiones del mundo en el año 2000. El área de los rectángulos es proporcional a las emisiones de cada una de ellas. En vertical se representan las emisiones per cápita. En horizontal se indica la población. La media per cápita global es algo superior a 1 tonelada de C (contenido en el CO2) al año.
Tanto en los Estados Unidos (FutureGen) como en Australia (Coal21), —en donde también la importancia del carbón es enorme (produce el 85% de su electricidad y representa el primer producto de exportación)—, se desarrollan en la actualidad costosos proyectos de investigación en centrales térmicas de nueva generación en donde el carbón se gasifica antes de ser quemado en turbinas de ciclo combinado (centrales IGCC), en las que el CO2 producido se puede capturar. Dos de estas centrales pilotos IGCC existen también en Europa, una en Holanda y otra en España (Puertollano). También avanzan los sistemas de inyección y enterramiento geológico del CO2 producido en formaciones salinas profundas y en pozos de petróleo y de gas anteriormente ya explotados.
SumiderosUn aspecto muy polémico del tratado de Kioto es la aceptación de que se aumente la cuota permisible de emisión a los países que lleven a cabo una política de reforestación, calculando la cantidad de CO2 absorbido por los nuevos bosques que actúan como sumideros (un cálculo nada simple, pues depende de muchos factores). Australia, en una hábil negociación, consiguió que debido a su política de reforestación se le permitiera emitir en 2012 un 8 % más que en 1990, a pesar de que este país se encuentra a la cabeza mundial en las emisiones de CO2 per cápita (sin embargo, ni aún así ha ratificado todavía el protocolo).
Emisiones globales antrópicas de CO2 en petagramos de carbono al año . Solamente una parte del CO2 emitido (la mitad aproximadamente) se acumula en la atmósfera (área azul) ya que es considerable la parte del CO2 que es absorbida fotosintéticamente por el plancton oceánico y la vegetación terrestre (área verde), con lo que aumenta así la biomasa terrestre.( referencia: Quay P., 2002, Ups and Downs of CO2 uptake, Science, 298, 2344)
Cuotas
En el protocolo de Kioto también se admite que pueda haber una compraventa nacional e internacional de créditos de emisiones entre empresas, a partir de las cuotas que se fijen para cada país en el Protocolo y que los gobiernos nacionales repartan entre sus empresas. De esta forma, después del reparto, un país que quisiese sobrepasar su cuota de emisión podría comprar parte de la cuota otorgada por ejemplo a Rusia o a algunos países del Este de Europa, y de esta forma emitir más de lo que en principio se le concedía. Ponemos este ejemplo ya que a Rusia , por razón de sus altas emisiones en 1990 —debido a la pervivencia de industrias con poca eficiencia energética— se le otorgaría en principio una cuota superior a la que necesitará utilizar en un futuro próximo con la nueva tecnología ("oficialmente" sus emisiones en el año 2.000 eran casi un 40% inferiores a las de 1990 y en el protocolo se le otorga un permiso de emisión en el 2012 del 100% de las emisiones de 1990). Por otra parte Rusia es un gran exportador de gas natural, combustible favorecido por el Protocolo. Así que será uno de los países más beneficiados económicamente a pesar de que un calentamientole le resultaría beneficioso.
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